
A veces, -cuando no puedo dormir- recuerdo que sabía conjurar el viento.
No puedo mentir, no es la otra cosa que gobierna mi vida.
Dos mares nos separan, hoy le conté que el colibrí pudo apagar el incendio.
Recuerdo que me dijo: -no lo entenderás… (una jirafa botaba en ese momento su sombrero).
Ella, que sabía porque susurraba el viento, me dijo que el mar nacía al otro lado del mundo.
A veces, recuerdo que sabía conjurar el viento.
***
Tampoco era tan serio, pero siempre tenía una sonrisa.
Una vez me contó que había visto nacer el mundo;
rumiando el tiempo, el olor a ayahuasca se disipaba…
Cuatro veces, cuando el sol se halla extinguido, nos volveremos a ver.
Imagínate! Ella, que sabía cómo conjurar al viento.
Otra vez, mientras dormía a mi lado me lo recordó:
-Sabes bien, que nadie puede conjurar al viento-.
2 comentarios:
Dicen por ahí que el viento tiene por nombre Julián y que hay que llamarlo suavecito para que escuche, porque es sordo...
Por que Julian? Yo creo que el viento tiene muchos nombres, pero ninguno es el definitivo.
No creo que sea sordo, solo que a veces se le habla mas quedito de la cuenta.
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