domingo, 30 de marzo de 2008

La mujer horrible.


Apropósito de una noche con Nioe.

¿Qué es lo que escondemos en el fondo de nosotros?
Habita el tiempo eso que no nombramos,
los dolores que no pensamos.
Eso que llaman cultura nos moldeó sin decirnos,
No solo estamos arrojados en el mundo.
El mundo se nos aloja en el alma.

¿Cuantas noches vino el pecado por vos?
Cuantas le huiste sin verle el rostro.
El calor infernal de la semana que nos regala un rostro muerto,
Los ojos que nos siguen a todos lados.

Más que la intrusa de ojos que persiguen,
duele la complicidad de quien la dejó ingresar.

Hablaste de lo ominoso, de esa cosa familiar
que se nos vuelve extraña…

Cuantos dolores escondemos, bajo nuestros comentarios.
Cuanto cine y cuanta literatura bastan para olvidar los ojos que persiguen.

El miedo que no es miedo al miedo.

El terror que produce la madre de todas las madres.
La madre que nos salvo a todos, sin poder serlo.
La madre….

jueves, 27 de marzo de 2008

Un buen dia


Ser lo que ya no fui,
aspirando que un buen día
regrese el fuego que dio sentido a mi vida.

El tigre joven que se enfrento a la lluvia.
“ algún día serás un tigre grande y fuerte Kator”.

El noble sajón ofendido por el oprobio normando.
El héroe de los desposeídos, la hermandad de una
banda de ladrones, las escaramuzas de una banda de hermanos varones.
Al final como siempre, Mariam esperaba en la Torre.

El niño-genio siempre ingenuo, siempre heroico. El peso de la historia en su espalda.
La comedia que nunca termina: “ si quieres que Dios se ría de vos cuéntale tus planes”.
Aprender, apretar los dientes, cerrar los puños.

El conquistador que despierta muertos, que levanta montañas,
Allende los mares, vive Erewhon.

La utopía de los caballos sabios que gobierna la vida.
El dolor de una traición que cambio mi vida,
Ni perdón, ni olvido, ni reconciliación.
El dolor que se reproduce asimismo.
La certeza que no vamos a regresar a esos días cuando
descubrimos la luz, la libertad y la poesía.

jueves, 20 de marzo de 2008

E l poema que aborto Benedetti

Somos un poema que abortó Bennedetti,

La bala que no disparó Arturo;

los ojos que no llevan a nadie.

Quitándole plumas a las ratas,

sabemos que la luna se ha llenado de arlekines,

que llegamos demasiado tarde a todo,

muy temprano para algo.

Los hijos bastardos de Dios,

malos partos de Frida,

los hijos odiados de Dios.

los hijos…


Guardianes de las hadas que enterraron la imaginación,

de una oscuridad repleta de besos.

Los que habitan detrás de la ventana donde nadie se asoma.

Estos somos nosotros, la caja de tabaco donde guardamos el porvenir.

lunes, 10 de marzo de 2008

¿Cuánto tarda la luz en llegar?

¿Cuánto tarda la luz en llegar?

La prueba que no termina nunca,

el examen que se repite una y otra vez,

-esta semana, esta semana- te repites todos los días,

Sabiendo que al final, solo llega el final.

A veces (solo a veces) veo ese lugar donde no hay dolor,

en el que por fin la razón no gobierna,

una cadencia deja llevar un par de sueños en el bolsillo,

a veces (pero solo a veces) todos somos eso,

el sueño que alguna vez vimos,

la princesa que sale de la torre, el dragón exhausto a tus pies.

Un buen día los centímanos regresan al averno, pero solo es eso un buen día.

La hoja de aire que flota contra el viento,

un día que sigue al otro día,

la noche que sigue a la otra noche,

esperando que por fin esto cambie, que aparezca el evento.

Ilusos de nosotros que habitamos el tiempo,

que alguna vez creímos que otro mundo era posible.

¿Qué se le dice a una sonrisa nueva que no suene tan mal?

¿Por qué las palabras parecen ser tan inútiles a veces?

El idioma es una suerte de magia, capaz de encantarte,

pero inútil para cambiar lo real.

(Eso es injusto en el fondo el mundo sigue gobernado por la magia):

“no hay mas velo que tu pelo y la luna se ha vestido de arlekín para ti y para mi”

Nuestra sensata opinión sobre la carta que Tertuliano no logró escribir,

sobre las armas que usamos en el siglo XVIII.

Nuestra burda forma de de demostrar afecto, nuestra voluntad de ser queridos.

Podremos volver a hablar, o solo sobreviene ese raro silencio que se impone de la nada. Por lo pronto, hurgo la caja de cigarros donde he decidido guardar el porvenir.