lunes, 22 de octubre de 2007

AMORES PERROS.


Las calles indican el camino, son el camino.
Se abre en flor La Ciudad,
esa tierra liberada, nacida de maíz y asfalto,
mestiza de smog y sueños.

Allí donde habitan los olvidados de Buñuel,
L@s Nadies de Galeano,
L@s Ningunos, los ninguneados de Marcos,
“los que nunca sabe nadie de donde son”[1].

La descomunal tierra de gigantes,
Donde oimos nuestra fragilidad.

La ciudad donde Susana concibió al vástago
de un ladrón, al sobrino de un héroe.

Mejor que el Coliseo,
el más probo de los Gladiadores
alimentó los sueños de su amo…

Cofi, negro como el alma del mundo,
negro como el destino de los ningunos,
fiel guerrero de Octavio,
como el lobo de Dario te habitan la saña y la ira.

Dios ríe de los sueños disueltos en la estación de tren.
[1] Verso de Roque Daltón en Poema de Amor.

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