jueves, 1 de mayo de 2008

Para Noe, en su dolor. Para Gerardo en su soledad

El ave vuela…

El hombre pregunta

El pez nada…

El hombre pregunta

El mono aúlla…

El hombre pregunta

Y pregunta solo acompañado

de sus temores y soledad

ante las fauces del misterio

¿Por qué el mal? ¿Dios existe?

Por qué estamos aquí y la voz

recorre de los valles a las montañas

y el eco sordo destroza con su silencio

la esperanza del hombre.

Y la naturaleza un solo himno,

y el hombre al fin callado

y habla luego y el plomo del silencio

ahuyenta la fe.

Y al fin el habla es un pétreo soliloquio

que calza los hombros masculinos

que descorre las raíces del cerebro.

luego habla y se calla al momento

y mudo y silencioso otra vez

vuelve a empezar.

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