lunes, 10 de diciembre de 2007

La imprenta del infierno.


Para Juandi y León, porque vamos a ver el final,
por ahora solo ocupamos un hombro firme y un oído atento.


¿Quién llama a los Dioses ocultos? ¿Qué silencio milenario tenemos que guardar, para sacar de nosotros este cáliz?

Las noches se vuelven largas y lamentablemente no siempre se puede huir,
Peor aún, no podemos huir de nosotros mismos.

Por eso este es nuestro esfuerzo, este regalo de vida que intentamos entregar,
este paso que hace retumbar el mundo.
Solo que algunas veces, somos nosotros los muertos de nuestra felicidad.

Estos son nuestros versos salidos de la imprenta del infierno, donde el ácido corroe las buenas intenciones,
este es nuestro grito acerado, drenado con el fuego del averno, donde el metal más duro cede temeroso.

He aquí nuestra vida hermano mío!
Un puñado de sueños que hemos elegido.
Un manojo de promesas que nos hemos hecho.
Los demonios, saben que son millares, pero apenas se reconocen,
tal vez esa es la forma de vivir nuestro infierno.

Espada desenvainada contra el viento inclemente,
abatimos montañas a tiros,
finalmente Sísifo llega a la cima del monte y descansa en un remanso apacible.

El tiempo inclemente nos ha hecho nacer: demasiado lento para olvidarla por las noches, demasiado veloz para dejarnos vivir en paz.

Esta es nuestra vida hermano mío! La tarde en que llevamos a una niña rubia en Cadillac. La noche que prometimos que veríamos el fin de la historia.

Al final, sabemos que el azufre respira por nuestras venas. Que nuestra peor muerte, es saber que no vamos a morir.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Muy buenos poemas, me parecen muy trabajados y con muy buenas imagenes

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Bastian Calix dijo...

Es bueno y bastante profundo en el contenido.

Eliana Oliva dijo...

me parece que este enero trajo todo lo que tenia que traer,tus palabras me identifican brutalmente aunque mi rostro sea de mujer...espero tus proximas palabras ,eliana