martes, 18 de diciembre de 2007

El corazón de Farabundo.


¿Es verdad negro que todos nacimos medio muertos en 1932?
Apenas si te conozco y tu vida es el rumor del mundo,
La leyenda de una leyenda que camina entre nosotros,
para recordarnos que no estamos hechos de tu madera.

¿Te extinguiste acaso, Como esos árboles que contaba mi abuelo?
(¿Sabías Negro, que podrías ser el padre de mi abuelo?)

Dicen que eras incansable, pero que nunca pudiste hablar en público.
¿A que le temías Negro? ¿Qué se movía en tu corazón?

Vos, Negro, al igual que tu patria (que no es tu patria, sino la patria
de tus asesinos) sos el gorrión que canta entre fúsiles.

Cien volcanes hay en la cordillera: Farabundo, Modesto, Feliciano, Vicente…
Algún día he de decirte, como no volviste a nacer, como no fuiste miles.
Solitario como la estrella, que apenas aparece cuando cae la noche,
Nos recuerda el sueño de los olvidados.
Por las noches, cuando el llanto me agobia, recuerdo que tal vez,
Ahora, Tío Raúl está con vos.

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