
La bala que no disparó Arturo;
los ojos que no llevan a nadie.
Quitándole plumas a las ratas,
sabemos que la luna se ha llenado de arlekines,
que llegamos demasiado tarde a todo,
muy temprano para algo.
Los hijos bastardos de Dios,
malos partos de Frida,
los hijos odiados de Dios.
los hijos…
Guardianes de las hadas que enterraron la imaginación,
de una oscuridad repleta de besos.
Los que habitan detrás de la ventana donde nadie se asoma.
Estos somos nosotros, la caja de tabaco donde guardamos el porvenir.
1 comentario:
Esos... precisamente.
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