sábado, 19 de enero de 2008

Reparación


Para Marisa.

¿Qué es lo que realmente dejamos al final?
Cuando nos vamos, no nos vamos realmente…
en muchos sentidos, ellos, los que se van, siguen dirigiendo nuestras vidas.

A veces (pero solamente a veces) la tierra llora de soledad,
llega al infinito nuestra ausencia, es un valle donde se acaba la noche.

La luz siempre llega, tarde pero segura, las noches no son de acero,
4015 noches esperando que la tierra no llorara más.

11 años de noches gobernadas por el silencio, por no saber si se sabe,
todo al final llega a su fin.

Paz, Reparación, Justicia. La verdad no estamos seguros, pero por eso hemos tomado este camino.

Al final, ya no habrán noches, solo el amanecer que nos hemos prometido, donde ya no haya dolor, donde finalmente volvamos a jugar con los que ya no están.

2 comentarios:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Roberto, contaste las noches de desvelos, te dan 4015 y parecen tan pocas para tan inmensa angustia y tan tan grande agonía. Matar y revivir en esas noches la esperanza por la vida, la ilusión de que el odio no hubiera sido tan tenaz, de que la fortuna, el destino, la suerte hubieran hecho el milagro. La humanidad en toda su historia ha inventado rituales para enterrar a sus muertos. Ahora queda bien claro porqué. Se requiere el ritual para tener acabar con la ilusión y alcanzar la paz que da la certeza de la muerte. Gracias por acercarte a comprender lo incomprensible.